domingo, 18 de noviembre de 2012

Pasan los siglos y todo sigue igual

No hay diferencia. A pesar de haber pasado siglos, la situación es la misma. Hace muchos años algunos privilegiados tenían la oportunidad de vivir ostentosamente. Era la aristocracia y la nobleza española. Comían, en todos los sentidos, hasta no poder más. En el lado contrario estaba el pueblo, hambriento, en único sentido, el que acaba con tu vida, con tu existencia. Hoy, ocurre lo mismo. Los políticos son la clase alta, la clase adinerada que no se choca con la realidad, la ve desde lejos y juega a solucionar los problemas, en la mayoría de los casos, con un maletín lleno de mentiras. En el lado contrario está la clase obrera, el trabajador que lucha día a día por salir adelante. Éste no cuenta con privilegios. Se choca con la aplastante realidad todos los días. No vengas a decirme cómo vas a solucionar mis problemas si ni tan siquiera te has parado a pensar cómo me afectan, si los ves en la lejanía y te asusta rozarte con la realidad que ahoga mi vida.                   

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